jueves, 5 de mayo de 2016

Asexualidad: Una falta de deseo que no implica trastornos

Una falta de deseo que no implica trastornos

Escrito por Walter Ghedin, publicado en LA NACION el 15 de Febrero de 2016
(El autor es psiquiatra y sexólogo)

El movimiento de asexuados es un ejemplo de colectivo social que representa a aquellas personas que no sienten deseos eróticos o cuyo foco de atracción por el otro no es de orden sexual. El concepto de asexualidad es la falta o disminución de la libido y de las fantasías sexuales sin sufrimiento o conflicto por esta carencia.

Las personas asexuadas piensan que no sufren ningún trastorno (deseo sexual hipoactivo o fobias sexuales); por el contrario, se sienten saludables y aceptan la disminución del deseo como una de las diferentes formas de identidad sexual. Existen diversas formas de asexualidad, pero en todos los casos se estimulan otras áreas para sostener la pareja: romanticismo, comunicación, afinidades, gustos, trabajo. Pueden tener encuentros sexuales, sólo que no son frecuentes ni son una prioridad en la vida personal o de pareja.


La asexualidad puede aparecer desde el principio de la vida sexual consciente. Es frecuente que estas personas en la adolescencia no se estimulen con temas o imágenes eróticas, sientan pudor o les cueste integrarse a sus pares por la dificultad para compartir experiencias sexuales. Muchos jóvenes se aíslan y no participan de actividades por temor a sentirse discriminados; otros mienten para ser aceptados.

Más notas para entender este tema

Es importante diferenciar la asexualidad de patologías consideradas trastornos del deseo y de la excitación sexual. La asexualidad pone de manifiesto una forma de ser: el deseo sexual se convierte en un rasgo que brinda identidad. Decir "soy asexuado" es hablar de un aspecto propio que identifica al sujeto. No obstante, se debe tener en cuenta que existen trastornos del deseo que son provocados por problemas médicos o psicológicos. El descarte de estas y otras causas que pueden bajar el deseo es fundamental. Si los trastornos del deseo y la excitación son síntomas y, como tales, no están sujetos a la personalidad, se sufre por su presencia y por las limitaciones que ella conlleva.

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Saludos desde Argentina!

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